Sandra Elizabeth Genovelli, empleada administrativa, hizo una cita a ciegas por internet.
El romanticismo y su amor por la ciudad la llevaron a fijar el punto de encuentro en el Obelisco.
Esto sucedió en abril de 2010. Hasta hoy, ella se desvía 4 cuadras de lo que sería su recorrido normal a la parada del colectivo, tan sólo para ver si hay alguien esperándola.
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