domingo, 5 de julio de 2015

El inalámbrico es mejor.

Después de varias visitas a distintos ginecólogos, Melina Suarez, de Villa María, Córdoba, se dio cuenta que el ardor constante que sentía en la vagina no era febril sino que cada vez que atendía el teléfono se enredaba con el cable.
Ahora, lo cambió por un inalámbrico que lo usa de consolador.


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